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Amasando sueños de libertad

Elkin Rubiano. Foto: Juan Camilo Ariza.
Elkin Rubiano. Foto: Juan Camilo Ariza.
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cárcel distrital
05/26/2023

Elkin Rubiano es un médico cirujano privado de la libertad, que descubrió su talento para la culinaria a través del taller de panadería ofrecido por la Cárcel Distrital.

Elkin Rubiano es un médico general de 41 años de edad, que nacido en el municipio de Chiquinquirá, Boyacá, en donde fue criado entre cubios y chicha. Antes de ingresar a la Cárcel Distrital, hace 4 años, ejerció su profesión en un hospital de su ciudad natal, durante casi una década.

Hoy se destaca como uno de los mejores alumnos del taller de panadería de este centro penitenciario de Bogotá, donde los privados de la libertad, durante 3 meses, aprenden a hacer una variedad de panes, desde un pan rollo o pan blandito hasta panes de masa madre, baguette, francés o de maíz.

“Cuando aprendimos a realizar liberales, me transporté a mi infancia, fue muy gratificante aprender a realizar este producto que evoca momentos muy especiales de mi niñez, pintar su masa de color rojo y bañarla en azúcar. Hacer esta delicia fue un proceso muy sencillo, que se hace con amor y dedicación. Todo lo que haces con cariño, siempre será un producto de excelente calidad”, contó Elkin.

En este taller, donde participan más de 10 privados de la libertad, este médico cirujano aprendió a realizar su plato favorito, la pasta. “Aquí realicé desde cero la comida que más me gusta, es un producto hecho a base de harina de trigo con contenido proteico. Hicimos fetuchines, canelones tallarines y hasta raviolis. También me encanta hacer el pan baguette, porque acompaña los espaguetis que me quedan perfectos”, agregó. 

Elkin Rubiano. Foto: Juan Camilo Ariza.

Para Elkin, estos espacios son una oportunidad para un nuevo comienzo, dice que es como un renacer. Cuenta que este taller le enseñó que los privados de la libertad no deben dejarse llenar de pensamientos negativos, sino que más bien deben luchar por sus sueños, aprovechar para formarse y aprender de lo que han vivido. También asegura que este tipo de actividades son un oasis en medio del desierto y las compara con un refugio para escapar de la rutina.

“Mi esposa actualmente vive en Santander, pero cuando viene a visitarme me dice que está muy orgullosa por todo lo que he aprendido a hacer en este taller. Hasta le comparto las recetas que el profe nos entrega. Hace unos días le pasé una para que hiciera unos roscones y unas galletas. Esto es una manera de estar nuevamente juntos, es como si estuviéramos cocinando en pareja. Cuando este libre, este curso me va a permitir producir pastas frescas y hacer panes para crear un emprendiendo. También sueño, algún día, con preparar una deliciosa cena para toda mi familia, con unos ricos espaguetis y un pan de masa madre”, concluyó Elkin.

Para la directora de la Cárcel Distrital, la capitán (rp), Adriana Patricia Hernández "el taller de panadería se creó pensando en ampliar la oferta de talleres de redención, en brindar la posibilidad de que las personas privadas de la libertad que están aquí recluidas adquieran un conocimiento que les permita generar un proyecto de vida", dijo.

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